LUNES I SEMANA DE CUARESMA
LEVÍTICO:
– El libro del Levítico, es para el pueblo de Israel un código de santidad, para que se puedan buscar los deseos De Dios y seguir sus caminos.
– Hoy insiste en la caridad y la justicia con los demás. Hay dos detalles concretos que son de un cuidado extremo para con el prójimo: no maldecir al sordo, aprovechando que no me puede oír; y no poner tropiezos ante el ciego, aprovechando que no puede ver. Hay que amar al prójimo como a uno mismo, buscando siempre el bien que nosotros anhelamos, y evitando el mal que deberíamos evitar.
SALMO:
” Tus palabras, Señor, son espíritu y vida”.
Es descanso para el alma, y para toda nuestra vida, saber que dependemos De Dios. Y por eso tiene pleno sentido buscar agradar a Dios, descansar en sus mandamientos, y no tener que buscarme otros caminos que no conducen a nada, y que secan el alma.
MATEO:
– El Señor hoy se muestra claro para decirnos cual es el camino del cielo, es reconocerlo y cuidarlo en los más pequeños, especialmente en los más necesitados. Y nos muestra el camino para esta caridad que debemos tener hacia el prójimo con el siguiente motivo: Jesús se identifica con las personas que encontramos en nuestro camino. Hacemos o dejamos de hacer con Él lo que hacemos o dejamos de hacer con los que nos rodean.
– El compromiso del amor fraterno como la mejor preparación para participar de la Pascua de Cristo. Tenemos que ir viendo a Jesús mismo en la persona del prójimo. No se trata de no dañar, sino de hace el bien. Alguien ha dicho que tener un enfermo en casa es como tener un sagrario: pero entonces debe haber muchos sagrarios abandonados, porque nosotros mismos no cuidamos a lo que nos necesitan, y por nuestro medio puedan acoger al que verdaderamente necesitan, a Jesucristo.
– No debemos olvidar dos frases para tener en el corazón el el día de hoy: CADA VEZ QUE LO HICISTEIS CON UNO DE ESTOS MIS HUMILDES HERMANOS CONMIGO LO HICISTEIS / AL ATARDECER DE LA VIDA, TE EXAMINARÁN DEL AMOR.
María, Madre llévanos a amar en lo pequeño y en lo grande; y reconocer en todo y en todos a tu Hijo Jesús. Amén.
Un pobre sacerdote +++