SÁBADO XXXII SEMANA DEL TIEMPO ORDINARIO
SABIDURÍA:
– En el silencio de la noche, sucede la intervención De Dios, su Palabra desciende como espada afilada, pisa la tierra y llena el cielo y siembra de muerte a los enemigos del pueblo elegido, mientras que todos los elementos naturales se ponen de parte de los israelitas.
– Esta lectura nos ayuda para la celebración del domingo y nos ayuda refrescar nuestra admiración por las maravillas que ha obrado Dios. Nunca será su fuente nuestra gratitud y nuestros cantos de alegría.
SALMO:
«Recordad las maravillas que hizo el Señor.»
Sin duda ninguna el salmo nos lleva a una continua alabanza, a un alegrarnos por las obras del Señor, y a la vez a hacer memoria de las maravillas De Dios que siempre está con nosotros y que jamás nos deja, sus obras son magnificas, y es una muestra de que Dios no nos va a abandonar jamás, que está con nosotros poderosamente hasta el fin de l mundo.
LUCAS:
– Hoy la enseñanza del Evangelio es clara, orar siempre sin desanimarse. Dios siempre escucha nuestra oración. Él quiere nuestro bien y nuestra salvación más que nosotros mismos. Nuestra oración es una respuesta.
– Dice el catecismo: «Cristo va al encuentro de todo ser humano, es el primero en buscarnos y el que nos pide de beber. Jesús tiene sed, su petición llega desde las profundidades De Dios que nos desea. La oración, es el encuentro de la sed De Dios y de la sed del hombre. Dios tiene sed de que el hombre tenga sed de Él.»
– Por lo tanto en la oración debemos tener actitud de humildad, no de autosuficiencia, actitud de apertura confiada a Dios, de este modo Dios podrá hacer en nosotros su obra, y no le someteremos a la nuestra.
María, Madre enséñanos a orar. Amén.
Un pobre sacerdote. +++